Marruecos; pretende sembrar el terror, el odio, y el rencor en el Magreb Mah Iahdih Nan
Marruecos ante su impotencia por el pánico y el terror al que están sometidas sus tropas de ocupación, por los ataques sorpresa del Ejército Saharaui, y el estado permanente de alerta, desconcierto y nerviosismo durante las 24 horas del día, a lo largo del último año. Ahora, con la ayuda del estado sionista de Israel, Pretende instaurar en el Sahara occidental la política de Torquemada, caracterizada por un clima de terror atacando a civiles inocente; pastores, mineros, transeúntes, nómadas o transportistas como los tres ciudadanos argelinos.
Ante la imposibilidad de responder a los ataques de los escurridizos guerrilleros Saharauis, el Majzen ha puesto en la diana la población civil que frecuenta la zona limítrofe entre el Sahara Occidental, Argelia y Mauritania y persigue sembrar el terror expulsando a todos los civiles que viven o transitan por esa vasta zona desértica, donde por las características del terreno los civiles son un blanco fácil.
Estas agresiones forman parte de una estrategia del majzen que persigue intimidar y amedrentar a toda la población civil y sembrar el caos, la desestabilización y la angustia en toda la franja fronteriza entre los tres países. Además son el resultado de su incapacidad y sus ansias de venganza del Estado argelino, por poner fin a los suculentos beneficios que obtenía el régimen marroquí del gasoducto que atraviesa su territorio.
El atentado terrorista cometido por el ejército Marroquí, al asesinar a los tres transportistas argelinos, a parte de ser una provocación a todos los pueblos de la zona del Magreb. Subyace uno de los grandes objetivos trazados por el régimen marroquí, que es el de hacer fracasar los incipientes y prometedores intercambios comerciales entre Argelia y Mauritania y parte del África subsahariana. Con este vil e infame acto terrorista, el Majzen Marroquí pretende interrumpir el tráfico comercial terrestre que une Argelia con parte del Continente africano. Así consigue matar dos pájaros de un tiro, por un lado frenar el desarrollo y las crecientes posibilidades comerciales entre Argelia y algunos países africanos y por otro lado se garantiza la masificación y la seguridad de sus exportaciones agrícolas y cannábicas a está parte del Continente, que para ello utiliza el paso ilegal del Guerguerat como vía de salida.
La dictadura feudal Marroquí, hasta el momento no se ha pronunciado sobre el crimen que ha cometido, sin embargo, no existe ninguna duda sobre la autoría del atentado terrorista. Según las primeras investigaciones independientes sobre el terreno, el autor material del atentado es un Drom Israelí que despegó de la ciudad ocupada de Smara, teledirigido según otras fuentes por instructores israelíes. Las pruebas recopiladas en la escena del crimen no dejan lugar a dudas, fueron dos cohetes lanzados desde el aire; el tipo de cohetes, por su alcance limitado, capacidad y efectividad son los utilizados en este tipo de ataques. Uno de ellos impactó en el techo de la cabina de uno de los camiones, lo que corrobora su procedencia aérea y su limitada distancia de lanzamiento.
El otro cohete impactó entre los dos camiones que estaban estacionados en paralelo separados por apenas dos metros. Para los especialistas que examinaron el escenario del ataque, la huella del impacto y los restos del cohete no dejan lugar a dudas, fue un ataque aéreo con drones. El resto queda meridianamente claro; ¿Quién usa Drones en esta zona?, ¿Quién usa drones israelíes?. ¿Quién pretende sembrar la zona de terror?. La respuesta señala directamente al régimen autocrático y feudal Marroqui.
Argelia ha respondido de forma enérgica y a la vez ecuánime al asesinato de los tres transportistas, alertando y advirtiendo al régimen Marroquí, que no aceptara agresiones gratuitas a ciudadanos argelinos, también ha avisado a todos los organismos internaciones sobre la gravedad y consecuencia de los ataques, y que el estado argelino se reserva el derecho a la defensa.
Aunque la rabia y el dolor por el asesinato de tres personas inocentes exige respuestas contundentes. El momento también exige moderación, cautela y responsabilidad, que es justo lo que está haciendo el Estado Argelino. Sin entrar al trapo de la anarquía, el desorden y el caos que propone la dictadura feudal Alaouita, acosada y acuciada por una situación interna socioeconómica de dimensiones siderales.
Por ese motivo Argelia y Mauritania están llamadas a redoblar sus esfuerzos para garantizar la expansión de esos intercambios comerciales, garantizando la seguridad de la circulación de bienes y personas y asfaltado de una vez por todas del tramo Tindouf-Zouerate de la antigua pista que une Argel con Dakar.
Las Naciones Unidas y los organismos internacionales especialmente los encargados de la vigilancia de los derechos de las personas y de los crímenes de lesa humanidad, deben prestar mucha atención a las actuaciones que están desarrollando Marruecos e Israel en el Sahara Occidental; desde hace varios meses han asesinado a cerca de una veintena de personas, todos civiles inocentes. Estos crímenes de guerra que están cometiendo ambos estados no pueden quedar impunes y las Naciones Unidas y las potencias mundiales deben denunciar estas prácticas y castigar a sus autores.
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