Cuando Marruecos mezcla su insolencia con su infantilismo Mah Iahdih Nan
La infame monarquía marroquí, que no se cansa de provocar conflictos y desavenencias con sus vecinos, su política es un no parar, siempre esta inmersa en enfrentamiento y disputas con todos los países vecinos, cualquier, acto, palabra, gesto o acción que no le gusta es motivo de fricción con estos países, que están hasta la coronilla de tantos enfados, malentendidos, disgustos, chantajes y coacciones. Es un vecino incomodo, con el que no funcionan los propósitos de buena vecindad, no hay antídoto para evitar sus constantes enfrentamientos; no sirve la mano dura, ni la adulación, ni las ayudas ni tampoco su mezcla. No hay por donde cogerlo, las relaciones con Marruecos son un disparate de ida y vuelta infinito. El sábado pasado, Marruecos convocó al embajador de España, en el enésimo conflicto (chantaje), ahora el motivo es la llegada a España del Presidente de la RASD Brahim Gali para recibir atención médica; fíjense hasta donde llega la impertinen...