Una ruptura necesaria para defender el honor, la soberanía y los principios de la nación argelina por Mah Iahdih Nan
La ruptura de relaciones diplomáticas entre dos países vecinos siempre son malas y traumáticas, especialmente para las poblaciones de estos países. Pero en el caso de La ruptura entre Marruecos y Argelia anunciada estos días por esta última, es posiblemente un alivio y un descanso para el estado y el pueblo argelino. Han sido 62 años en lo que Argelia y los argelinos han aguantado estoicamente todo tipo de provocaciones, agresiones, insultos, insolencias, artimañas, difamaciones, juego sucio e intentos de desestabilización con el tráfico de drogas, apoyo a terroristas, tráfico de productos argelinos y una amalgama variopinta de actos hostiles con infinidad de intenciones conspirativas. Por ello, se entiende el agotamiento y el cansancio del Estado argelino de una situación crónica, caracterizada por unas relaciones tóxicas, desagradables, ingratas, molestas e incómodas que durán ya más de medio siglo. El aguante y la paciencia tienen límite y Argelia ha demostrado de forma sobrada su c...