Es imperativo reformar las Naciones Unidas*. Por Mah Iahdih Nan

La última resolución de las Naciones Unidas, para parar el genocidio criminal en Palestina,  vetada por los Estados Unidos, es el fiel reflejo de la situación degradante, fracasada y obsoleta del organismo internacional, encargado de velar por la paz mundial.

Es urgentisimo y no puede esperar ni un día más; un nuevo orden mundial. El actual sistema, que rige en las Naciones Unidas,  está desfasado y anticuado. En qué cabeza puede entrar que la comunidad internacional entera vota en un sentido y que un solo país, por el hecho de tener derecho al veto, bloquea la unanimidad de todos los países miembros.

La ONU necesita una reforma que liquide de una vez por todas, el monopolio que ejercen cinco países. En la época que vivimos con infinidad de peligros latentes,  especialmente por la irrupción en la política de individuos iluminados y extremistas, como Trump o Netanyahu ,el mundo no se puede permitir que actitudes unilaterales y cuasi personales pongan en peligro la paz y la estabilidad mundial.

El mundo tampoco puede cerrar los ojos, en la era de la información ante el genocidio y el apartheid que se está cometiendo en Palestina. La decisión  que acaba de tomar Estados Unidos, vetando una tregua humanitaria, es realmente incomprensible y harto difícil de entender. Está decisión, es lo más parecido a darle el visto bueno al holocausto cometido en la segunda guerra mundial.

La perdida de coherencia, rumbo y sentido común de los Norteamericanos, los deja sin margen ni credibilidad internacional, para liderar cualquier acontecimiento de carácter multilateral.

La actitud de los Estados Unidos, evidencia la urgente necesidad de una forma de actuar alternativa al poder mundial actual. Gestos como el veto a una tregua humanitaria para evitar un nuevo Holocausto en Palestina, o decisiones como proponer que países como Arabia Saudi o Marruecos, que no respetan los más elementales y básicos derechos de las personas,  presidan el Consejo de Derecho Humanos de las Naciones Unidas; demuestran lo  adulterado y arcaico que ha quedado este organismo internacional.

La perdida de dirección en Norteamérica y el seguidismo gregario de los europeos a la desequilibrada e incoherente política norteamericana, han motivado un desbarajuste y un desequilibrio en la política internacional.

Ahora mismo, el sistema internacional ha quedado muy tocado y sin liderazgo. Tanto los Norteamericanos como los europeos, que entre ellos habían ostentado el liderazgo en los últimos dos siglos. Con su actual política incongruente y contradictoria,  se han auto descartado para seguir llevando la batuta.

Lo que quizás abre la posibilidad a la tan ansiada y deseada reforma del sistema político internacional. Con nuevos protagonistas emergentes y nuevas dinámicas más ajustadas a la realidad que vive el mundo en la actualidad.

Se hace imperioso un sistema más justo, más equitativo y más participativo. En el que desaparezca la protección de los intereses de unos pocos países. En definitiva, un sistema práctico en el que valga por igual el voto de los Estados Unidos y de Haití.