La Nueva Argelia herencia del legado y espíritu de Boumedienne Por Mah Iahdih Nan
La nueva Argelia, nacida de las elecciones que se celebraron a finales del año 2019 respira el espíritu y el legado de Haouari Boumediene, en apenas tres años el nuevo gobierno argelino ha modificado la tendencia de protestas, manifestaciones y descontento por la tranquilidad, la concordia, la armonía y la expresión democrática sosegada
La visita hace unos días del presidente Francés Emmanuel Macron a Argelia fue el culmen de una serie de vistas de personalidades internacionales, cuyo objetivo era trenzar lazos económicos con la nueva Argelia, un país en el que se abren infinidad de oportunidades de inversión y de explotación de los inmensos recursos del gigante norte africano, que unido a las reformas estructurales emprendidas por el Gobierno de Abdelmadjid Teboune trazan un futuro próspero y de gran desarrollo económico.
Aunque los enemigos de Argelia pretenden vincular el arrollador éxito de la labor y la gestión de Abdelmadjid Tebboune y su gobierno con los desorbitados precios del Gas y del Petróleo, no obstante, eso no se corresponde con la realidad de los hechos. Hay que recordar que Abdelmadjid Tebboune llegó al poder en circunstancias complicadisimas, al coincidir con las protestas populares del Hirak y la pandemia que afectó la situación económica mundial. con la paralización prácticamente total, durante más de un año del comercio mundial. Sin embargo Abdelmadjid Tebboune y su Gobierno han sabido afrontar ambas circunstancias con aplomo, seguridad y confianza, con una gestión política y económica marcada por la credibilidad, el rigor, la austeridad y las decisiones adecuadas y acordes al momento y las circunstancias. El Gobierno Argelino consiguió superar las adversidades y transformar la situación socioeconómica y política de Argelia en la más positiva y equilibrada de los últimos 30 años, que cuenta con la aprobación de la mayoría de los argelinos.
Nadie puede ocultar las claras y manifiestas mejoras de la situación económica de los argelinos; todos los índices macroeconómicos del país han mejorado de forma notable y ostensible. Es también visible la mejora de la economía de los hogares argelinos, hecho que corrobora y evidencia la equidad en la distribución de las riquezas realizada por el actual gobierno. Argelia, es posiblemente el único país africano donde la vivienda, la atención Sanitaria, la educación y los subsidios de la asistencia social son universales y constituyen un derecho real y efectivo
El artífice de esta transformación es sin duda Abdelmadjid Tabboune y su gobierno. Tebboune un hombre curtido en mil batallas, ha pasado por todos los estamentos del estado, desde las responsabilidades de base más sencillas hasta llegar a la presidencia, su trayectoria no alberga dudas, es un genuino heredero de la tradición Boumedienista. Tiene una dilatada y extensa experiencia que le ha servido para desempeñar con total acierto y lealtad sus funciones como presidente de la República Argelina. Su rectitud, integridad y responsabilidad ante los bienes públicos han marcado la gestión de su gobierno a lo largo de su andadura. Su quehacer político, su lenguaje directo, sus enérgicas posturas ante los casos de corrupción han transformado el panorama político argelino, que ha pasado del descontento popular, desprestigio de la clase política y desaciertos económicos en una situación diametralmente contraria; el pueblo argelino ha constatado la firmeza, solidez e intolerancia del nuevo Gobierno argelino ante los casos de corrupción que se dieron en la etapa anterior. La intransigente De Tebboune y su gobierno a la hora de cumplir las medidas de transparencia de la gestión del gobierno, ha sido el puntal decisivo para el cambio gradual de la aceptación popular de las políticas llevadas a cabo por su gobierno.
El gran mérito de Tebboune y su gobierno es haber devuelto a Argelia y los argelinos su orgullo, prestigio, grandeza así como la revitalización de los sentimientos patrios y sobre todo la autoestima.
Argelia que a finales del siglo XX era una de las principales potencias emergentes, con un papel destacado en el movimiento de los Países No Alineados, pasó a ser un país prácticamente marginado y ninguneado a finales de los años noventa., motivada básicamente por la intensidad de los actos de los grupos terroristas y fundamentalistas que prácticamente aislaron al país de su entorno.
Sin embargo, a raíz de la erradicación casi total del terrorismo y sobre todo por las profundas reformas políticas y económicas emprendidas por el nuevo gobierno argelino, en la actualidad se ha convertido en uno de los países más atractivos para la inversión y codiciado por todas las potencia y multinacionales. El interminable desfile de visitas de autoridades occidentales de primer nivel en los últimos meses a Argel, reafirma su empeño de relacionarse política y económicamente con la nueva Argelia.
Su influencia en África, los países emergentes e incluso en los países Occidentales es hoy una realidad irrefutable, confirmada por sus actuaciones, contactos y tratados internacionales e intercambios comerciales.
Argelia, es hoy una de los tres pesos pesados de África, su influencia trasciende el continente, es el candidato número uno a incorporarse al grupo BRICS. Sus relaciones con los países emergentes y demás países del llamado tercer mundo se han multiplicado, todos quieren firmar acuerdos comerciales y de asociación con Argelia, lo que deja bien a las claras el gran salto que ha experimentado Argelia en estos últimos tres años.
Argelia también ha empezado a acoger la celebración de eventos culturales, deportivos, políticos y de otras índoles, de los que ha estado ausente en las últimas décadas. El nuevo Gobierno ha apostado por la organización de estos eventos al entender que constituyen un escaparate esencial e imprescindible para el crecimiento económico y para la difusión, el prestigio, el conocimiento y publicidad del país.
No se puede pasar por alto la mediación del nuevo gobierno argelino en todos los conflictos regionales, en Mali, Libia, Sahara Occidental, Etiopía y Egipto e incluso en el centro de África. En este sentido se ha recuperado un rol fundamental de la política clásica argelina de mediación, cooperación y colaboración para la solución de los conflictos entre pueblos y países. Su concurso está dando muy buenos resultados en varios de estos conflictos.
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