De Jaime de Pinies a Arantxa González Laya por MAH Iahdih Nan



El lunes 12 de julio Aratxa Gonzalez Laya, recogió los pocos bártulos que debía tener en  el Ministerio de Exteriores de España y se fue sin mucho ruido, más que nada por el escaso tiempo que ha estado en el cargo, que no le ha dado tiempo para acumular  grandes pertenencias ni tampoco gratos recuerdos. Cuando la Sra. Laya llegó hace algo más de un año y medio al ministerio, una de sus primeras actuaciones fue rendir pleitesía al incómodo y pegajoso vecino del sur. Seguramente, aconsejada por algún veterano funcionario del ministerio acostumbrado a ver meter el rabo entre las piernas cuando se trata del chantajista, molesto e irritante régimen marroquí.

Lo que no sabía la Sra Laya, ni tampoco se lo informaron los veteranos funcionarios, es que las relaciones con ese “amigo” y vecino suelen ser desagradables, embarazosas y cansinas, pero el limitado tiempo que estuvo de ministra no le impidió  la sobrada oportunidad de padecer en carne propia la tediosa, engorrosa e irracional política marroquí.

Nada más aterrizar en el Ministerio, tuvo que vivir la surrealista llamada del repulsivo e impertinente Ministro marroquí de exteriores Bourita, llamándole la atención porque un responsable del ministerio de Asuntos Sociales español recibiera a la Ministra Saharaui Suelma Beiruk, algo inaudito en las relaciones diplomáticas entre estados soberanos. Supongo, que la Sra Laya en ese momento, o mal aconsejada o víctima de la inexperiencia del principiante, desconcertada, escribió un tuit pidiendo disculpas al desvergonzado y grosero Bourita, algo sobre el que en su día, deje reflejada  mi opinión en este articulo:

 http://catalunyasahara.cat/donde-estan-laya-e-iglesias-ante-las-expulsiones-en-frio-por-mah-iahdih-frente-polisario/

La Sra Laya estuvo más de un año enviando mensajes positivos cargados de adulación y peloteo al régimen Marroquí, pensando que surtirían algún efecto positivo, pero como acabó comprobando y sufriendo, el régimen del Majzen sólo entiende su propio lenguaje, basado en la presión, chantaje y extorsión. Durante el año y medio que estuvo de ministra de exteriores, ni en el peor momento de la crisis de la teledirigida invasión migratoria a Ceuta, dirigió el más mínimo reproche al execrable régimen marroquí, a pesar de los desplantes, encontronazos,  faltas de respeto y  de consideración que tuvo que soportar de parte del vulgar y ordinario Bourita. En sus declaraciones públicas siempre mantuvo un lenguaje correcto y conciliador, algo que paradójicamente, sólo le ha granjeado la incomprensión y la crítica, tanto del régimen marroquí como de la prensa española contraria al Gobierno y la oposición .

Pero se equivocan los palmeros, la prensa contraria al gobierno y la prensa untada por el Majzen Marroquí, si creen que el cambio de Laya al frente del Ministerio de Exteriores solucionaría los problemas con Marruecos, aunque pongan al frente del Ministerio de Exteriores Español un genuino representante del Lobby Marroquí en España, como pueden ser Zapatero, Moratinos, Gonzalez, Aristegui, Planas, Palacios etc tampoco se van a acabar los conflictos;  no es cuestión de nombres, ni de ideologías, ni siquiera de políticas. El Majzen Marroquí ha construido en las puertas de España y Europa un sistema cuyo fundamento, esencia y existencia se basan en la extorsión y compra de voluntades. Todo lo que no entre en los parámetros de coerción que maneja el Majzen  no encaja en los conceptos marroquíes de las relaciones diplomáticas y de vecindad, lo que quiere decir que relacionarse con Marruecos es adaptarse a un tipo de relaciones conflictivas, cíclicas, tóxicas y crónicas como las que ha tenido con España durante los últimos 40 años o entrar  de lleno en su viciado concepto de las relaciones basado en la tirantez, imposición y  coacción.

Aunque la Sra Laya presionada por muchos estamentos oficiales y privados, (medios de comunicación, empresarios y partidos políticos) dispuestos a tirar por la borda, sin el más mínimo pudor ni dignidad la soberanía y la  integridad  de España, para agradar y complacer a un rey caprichoso, malcriado y arbitrario. Intentó por todos los medios reconciliarse con el Majzen Marroquí, seguramente, en sus últimos meses en el Ministerio llegó a la conclusión de que el único acuerdo que quiere Marruecos es satisfacer sus demandas y caprichos aunque éstos supongan transgredir las más elementales leyes y  normas de convivencia y vecindad  entre los pueblos y países. Marruecos no quiere buenas relaciones de vecindad y amistad, Marruecos lo que quiere es sacar el mayor reedito ventajas  políticas y económicas de cada conflicto.

De todos modos y a pesar de sus comienzos sumisos y sus reiterados intentos en complacer y caer en gracia al Majzen Marroqui, no cabe ningún género de duda,  que se puede calificar a la Sra. Arantxa González Laya, como la diplomática que  más ha defendido la soberanía, el honor, la dignidad e integridad de España desde el otrora representante en las Naciones Unidas Jaime de Piniés.

Todos sus antecesores en el cargo, se han plegado a la política de intereses, chantajes y exigencias de Marruecos. La Sra. Laya, al final de su periplo en el ministerio, dejó patente su impronta y su carácter así como el honor de España; en una de sus últimas declaraciones, en la que asumió sin tapujos la responsabilidad de España, en la aún inconclusa descolonización del Sahara Occidental. Constituye algo inédito y extraordinario en la clase política española en el ejercicio del poder.   Sólo dos mujeres antecedieron a Laya en el puesto de Ministra de exteriores de España; Ana Palacios y Trinidad Jiménez y ambas demostraron mucha menos talla política, intelectual y diplomática que Arantxa González Laya. La mediocridad tanto de Palacios como de Jiménez quedó patente en más de una ocasión, en el ejercicio de sus funciones, hechos corroborados por sus trayectorias. Ana Palacios acabó siendo Lobbista a sueldo del Majzen marroquí y además promocionando la piratería de los recursos naturales del Sahara Occidental y Trinidad Jiménez será recordada en el Ministerio de Exteriores, cuando tuvo que lidiar con las manifestaciones del campamento de Gdeim Izik en el Sahara Occidental, protesta que origino las llamadas primaveras arabes.  Según cuentan algunos funcionarios y asesores del ministerio, Trinidad Jiménez cada vez que tenía que hacer una declaración a la prensa o comunicado, llamaba al Ministro de exteriores marroquí  para consultar, qué es lo que se puede decir y que no se puede decir, lo que demuestra su escasa personalidad y su absoluta obediencia.

 Todos sabemos que la misión con la que llega el nuevo Ministro de Exteriores José Manuel Albares, es la de reconciliarse con el Majzen Marroquí, lo que significa presentar la pleitesía para obtener el perdón. También todos sabemos que el Majzen se dejará querer y se hará la víctima, durante un tiempo, para sacar una  buena tajada de esa reconciliación. Pero una cosa es segura 100% las presiones, los chantajes y las extorsiones seguirán de forma cíclica siendo el faro que guía la política de Marruecos con respecto a España y Europa

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